Autor: Elvis Hernández
Publicado: Dom 22 de Mar de 2020
Última modificación: Vie 3 de Feb de 2023
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El uso de electricidad AC en la sociedad moderna
La sociedad humana moderna se caracteriza por un uso intensivo de la electricidad como fuente principal de energía. La gran mayoría de los equipos, herramientas y accesorios que utilizamos en nuestro día a día funcionan gracias a la electricidad. La electricidad es la forma más versátil y conveniente de suplir energía para todas nuestras necesidades, gracias a que puede convertirse en casi cualquier otra forma de energía de manera rápida y simple; puede ser transportada a grandes distancias con bajas pérdidas; y puede producirse de manera intensiva en grandes centrales para abastecer las necesidades de hasta millones de personas de manera simultánea. La electricidad, sin lugar a dudas, ha sido uno de los principales motores del avance y desarrollo de la sociedad actual.
Las tres principales formas de producir energía eléctrica a gran escala para nuestras sociedades han sido tradicionalmente a través del uso de combustibles fósiles en centrales térmicas, grandes represas hidroeléctricas y las centrales nucleares. Estas formas particulares de producir la electricidad de manera centralizada han sido muy beneficiosas desde el punto de vista económico, porque reduce los costos y materiales necesarios para producir la electricidad y garantiza un suministro constante y estándar para todos los usuarios. Técnicamente es posible producir dos tipos básicos de electricidad, que son la corriente contínua o DC, y la corriente alterna o AC. En los origenes de la industria eléctrica hubo una fuerte competencia para dominar el mercado entre ambos tipos de electricidad, resultando vencedora la opción de la electricidad tipo AC. Hoy día, todos los países generan básicamente solo electricidad tipo AC, y la principal razón para ello es que este tipo de electricidad es la que menos pérdidas tiene cuando se distribuye a grandes distancias.
Así, hoy día el principal tipo de electricidad que encontramos en casi cualquier país es la electricidad tipo AC, pero no necesariamente con las mismas especificaciones técnicas en todas las regiones. La electricidad alterna o AC viene generalmente en forma de una onda senoidal de voltaje, que tiene tres parámetros técnicos específicos que la definen, que son:
- La amplitud de la onda senoidal, que es la que define el voltaje de trabajo y se mide en voltios AC (VAC). Normalmente en 120 VAC o 220 VAC para la mayoría de las regiones.
- La frecuencia de la onda, que es el número de veces que el voltaje cambia de sentido o polarización cada segundo, se mide en la unidad de frecuencia llamada Hertz (Hz). La frecuencias más utilizadas son las de 60 Hz para la mayoría de los países en América, y la de 50 Hz en los países europeos.
- La potencia eléctrica (P), que es una medida de la cantidad de energía instantánea que puede proveer esa onda senoidal y se mide en Vatios (W). La potencia se calcula al multiplicar el voltaje AC (VAC) por la corriente AC (IAC) que consume el equipo o herramienta eléctrica que está haciendo uso de esa electricidad, es decir, P = VAC x IAC.
La corriente que utilizan nuestros equipos y herramientas
Como vemos, todos los países en el mundo distribuyen a su población un tipo de corriente AC específico, lo que implica que en cualquier parte del mundo donde nos encontremos, debemos utilizar equipos y herramientas eléctricos que utilicen sólo corriente AC. Es por ello, que todos los fabricantes de herramientas y equipos eléctricos siempren diseñan o alteran sus equipos para que funcionen con la electricidad alterna especifica de cada país o región.
Pero resulta, que la gran mayoría de los equipos eléctricos y electrónicos no consumen realmente corriente AC, sino que consumen corriente DC. Para esos casos, los fabricantes tienen que incluir transformadores y convertidores de corriente en sus equipos eléctricos y electrónicos para que funcionen adecuadamente con la electricidad AC. Por ejemplo, la iluminación led, los ordenadores de escritorio y laptop, y en general casi cualquier equipo electrónico solo funciona realmente en corriente DC.
Por supuesto, hay equipos que solo funcionan con electricidad AC, como la mayoría de los motores eléctricos para bombas de agua, algunos ventiladores o lavadoras de ropa, pero en realidad, en nuestra sociedad de alto consumo de equipos electrónicos que utilizan corriente DC, éstos equipos AC son una minoría.
Estas conversiones de corriente AC a corriente DC representan enormes costos adicionales para la fabricación de esos equipos, y grandes consumos adicionales de energía que simplemente no deberían existir, pero que son estrictamente necesarios porque nuestros sistemas eléctricos distribuyen exclusivamente corriente AC. Recordemos que la razón de distribuir corriente AC es porque la producción está centralizada y la distribución se hace normalmente a varios cientos de kilómetros, y la corriente AC es la que menos pérdidas tiene cuando se distribuye de esta forma.
El advenimiento de la energía solar fotovoltaica
En el año 2020 ocurrió un hito significativo para el desarrolo de la humanidad, y fue el hecho de que por primera vez el costo de generar electricidad a través del uso de paneles solares fotovoltaicos, era más bajo que producir dicha electricidad por medio del uso de combustibles fósiles. Un hecho que ha marcado lo que algunos expertos dan en llamar la era de “la transición energética” hacia fuentes de energía renovables más cónsonas con el medio ambiente. Aunque es cierto que los costos de producir electricidad con paneles solares comienzan a ser menores que los costos de producir dicha electricidad con combustibles fósiles, es importante hacer notar que dicho logro se alcanza gracias a circunstancias no típicas de los mercados, como son el hecho de que los fabricantes de paneles solares fotovoltaicos, por razones de la alta competencia en este mercado, han estado vendiendo sus equipos a precios que en algunos casos están por debajo de sus costos de producción. A ésto se suma una serie de subsidios e incentivos fiscales, que hacen que las costos de producir energía fotovoltaica sean circunstancialmente menor, que el costo de producir esa energía por los medios tradicionales. También hay que hacer notar, para evitar que el bombo publicitario llegue a perjudicar el desarrollo y adopción de la energía solar fotovoltaica en el futuro cercano, que estos costos tan bajos de producción de energía solo incluye a los paneles solares fotovoltaicos y no a todos los componentes del sistema. Cuando todos los componentes de un sistema solar fotovoltaico necesarios para producir energía de manera independiente de las redes eléctricas principales son tomados en cuenta, los precios suelen ser mucho más altos que la energía producida por combustibles fósiles. El problema básicamente se debe a la intermitencia de la energía solar fotovoltaica, que implica necesariamente el uso de acumuladores para que dicha energía pueda ser aprovechada de manera eficiente. El costo de los acumuladores y otros equipos, representan cerca del 80% del costo del sistema, que si son tomados en consideración para el costo final de la energía, hace que la energía no sea tan rentable como se publicita, no al menos con los sistemas actuales de uso y distribución de la energía.
En cualquier caso, lo cierto es que la energía solar fotovoltaica está demostrando que va a ser un elemento clave a nivel mundial en la generación de energía eléctrica en el futuro cercano. Sí ésto es así, el mercado de la energía solar fotovoltaica deberá cambiar la mentalidad y manera en que funcionan los mercados y la industria, generando nuevos patrones de consumo y uso de la energía. Por el contrario, si la energía solar fotovoltaica pasa a ser un nuevo elemento de manipulación por parte del “status quo”, e intenta simplemente adaptarse de manera artificial y forzada a los sistemas actuales de generación y distribución de energía, entonces la energía solar fotovoltaica no pasará de ser una mercancía más dentro de los mercados tradicionales, y su único objetivo será la de crear mayor inequidad en los mercados, y mayores riquezas para las corporaciones que subsiten gracias al lobby.
La energía solar fotovoltaica introduce dos nuevos elementos esenciales que deben ser tomados muy en cuenta para los nuevos mercados energéticos, que son la generación de electricidad en DC, y que la producción de esa energía es completamente descentralizada. Destajar a la energía solar fotovoltaica de cualquiera de estos dos elementos claves, significaría destruir cualquier posible avance de esta tecnología como fuente de energía primaria para el planeta.
La energía solar fotovoltaica produce energía eléctrica en DC.
El hecho de que los paneles solares fotovoltaicos produzcan energía en DC, es un elemento clave en la producción de energía eléctrica a nivel mundial. Si casi todos los equipamientos y herramientas electrónicas que utilizamos realmente solo consumen energía en DC, no es necesario esa gran cantidad de aditamentos y convertidores para hacer funcionar dichos equipos con energía solar fotovoltaica. Que los equipos utilicen solo energía en DC, representaría un cambio enorme en la producción de la industria de equipos eléctricos y electrónicos, que redundaría en el aumento de la eficiencia de todos esos equipos que utilizamos a diario. Pero ésto representa un cambio radical en toda la industria global, cambio que seguramente enfretará una enorme inercia a nivel mundial, y que muy probablemente obligará a estar muy atentos para descartar las múltiples opciones que se estarán generando por parte de ese status quo, que intentará ofrecer como soluciones aceptables adaptaciones de la energía solar fotovoltaica a la forma actual de consumir energía, cuando en realidad la única solución viable y posible para un verdadero cambio beneficioso para el planeta, sería que todo el sistema industrial se adapte a las condiciones de la energía que producen los paneles solares fotovoltaicos. El paradigma consiste en cambiar de la energía eléctrica AC totalmente centralizada, a un sistema de energía DC completamente descentralizado.
Hoy día, la batuta la lleva el status quo, donde vemos como las grandes corporaciones y personalidades que amasaron sus fortunas en el mercado de los combustibles fósiles, hoy son los grandes héroes de esa “transición energética”. Los grandes proyectos de la energía solar fotovoltaica están siendo centrados en fortalecer los sistemas de distribución de energía AC, o creando una gran cantidad de equipamientos y nuevos productos que adapten la energía solar fotovoltaica a la forma en que se genera y consume la energía actualmente. A mi entender son ideas desquiciadas que propenden a la destrucción del planeta.
El aporte de la energía solar fotovoltaica
La realidad es que aún cuando los paneles solares fotovoltaicos están irrumpiendo en los mercados tradicionales de la producción de la energía eléctrica, su impacto hasta ahora puede considerarse como mínimo, tal como han sido los aportes de cualquier nueva tecnología que se considera alternativa a los combustibles fósiles, en el sentido de que realmente no han contribuido a reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, ni a reducir el consumo indiscriminado de energía. El problema radica principalmente en que hasta ahora, los sistemas solares fotovoltaicos se utilizan solo para cubrir el crecimiento de la demanda energética y apuntalar el consumo a las horas picos durante el día. Al no ser considerados como formas independientes de producir energía base de cualquier sistema eléctrico local, se convierten en meros sistemas de apuntalamiento del aumento del consumo energético mundial.
El mayor beneficio que han aportado hasta ahora los sistemas solares fotovoltaicos, es que han desacelerado el aumento sostenido del uso de combustibles fósiles para generar energía. Pero el consumo de combustibles fósiles seguirá aumentando en las próximas décadas, sin importar cuanta energía solar fotovoltaica se incorpore a las redes eléctricas, a menos que se replantee la manera de concebir y utilizar esta innovadora forma de generar energía. El principal problema radica en la innecesaria transformación de energía DC a energía AC, principalmente porque estamos acostumbrados solo a utilizar energía AC. Aquí es donde los inversores juegan su principal rol dentro de los sistemas solares fotovoltaicos, tecnologías que en lugar de beneficiar, están perjundicando la transición hacia formas de energía más beneficiosas para el desarrollo humano, apuntalando una forma de consumir energía que no tiene cabida dentro del futuro de la energía solar fotovoltaica. Los inversores solo deberían ser utilizados para aquellas aplicaciones muy especiales y específicas que requieran estrictamente el uso de energía eléctrica AC, y en esos casos dichos equipos deberían incorporar su propio inversor.
Los inversores en la energía solar fotovoltaica
Así, los inversores son esos equipos eléctricos y/o electrónicos que se encargan de transformar la energía eléctrica DC que producen los paneles solares fotovoltaicos a energía eléctrica AC. Y la razón de su utilización es que todos los equipos eléctricos y electrónicos que hemos adquirido en nuestro hogar utilizan casi exclusivamente energía eléctrica AC. Lo racional sería comenzar a migrar toda la tecnología de los electrodomésticos y herramientas que utilizan electricidad AC a electricidad DC en el más breve período de tiempo posible. Sobre todo, porque en la mayoría de los casos se trata de reducir complejidad y costos a esos equipamientos.
En la medida que exista un mercado creciente y floreciente para la tecnología de los inversores, es un indicador clave del grado de dificultad y de los obstáculos que tendrá que enfrentar la energía solar fotovoltaica para sobrevivir como fuente primaria de energía para el planeta. Por ahora, los inversores son un mal necesario dentro de la industria solar fotovoltaica, porque cumplen un rol fundamental en esta transición hacia una nueva economía energética mundial. Pero, si realmente se llega a producir la llamada transición energética, la función y uso de los inversores dentro de los sistemas solares fotovoltaicos debería ir mermando a medida que estos mercados vayan madurando, y las industrias que fabrican estos productos eléctricos y electrónicos a nivel mundial, deberán ponerse a la par de esta nueva realidad energética en el planeta.
Hoy día, los inversores son un componente fundamental en cualquier sistema fotovoltaico y del cual no puede prescindirse, agregando complejidad y altos costos a los sistemas solares fotovoltaicos. Debido a la gran variedad de patrones de consumo energético, los inversores vienen en una enorme gama de especificaciones técnicas de voltajes de entrada, potencia de trabajo, voltajes de salida y calidad de la energía que producen. Al final, la elección del inversor adecuado casi siempre queda determinada por la cantidad de presupuesto con que cuenta el usuario final para dicho componente.
Hay muchas formas de clasificar y agrupar las tecnologías de los inversores, y casi todas estas clasificaciones dependen de qué tipo de función van a cumplir dentro de los sistemas solares fotovoltaicos. Así, de acuerdo con su función los inversores en general se pueden clasificar como:
- Inversores para sistemas fotovoltaicos desconectados de la red eléctrica
- Inversores para sistemas fotovoltaicos conectados a la redes eléctricas
El Rol de los inversores en sistemas solares fotovoltaicos desconectados de las redes eléctricas principales
Los sistemas solares fotovoltaicos desconectados de las redes eléctricas principales o aislados, son el objetivo final a alcanzar por parte de estas tecnologías. Un sistema solar fotovoltaico aislado significa que se cuenta con un sistema que es capaz de suplir todas las necesidades energéticas de una familia, o de un grupo local de familias. Lo ideal es que todos los sistemas eléctricos de este núcleo funcionen exclusivamente con electricidad DC, pero hoy día eso es casi que imposible, porque la mayoría de los equipos funcionan con corriente AC, por tanto debemos recurrir al uso de los inversores.
Los inversores que se utilizan para sistemas fotovoltaicos desconectados de la red eléctrica deben tener un voltaje de salida equivalente al que utilizan nuestros equipos eléctricos, por ejemplo 120 VAC a 60 Hz de frencuencia, o de 220 VAC a 50 Hz de frencuencia. Nótese que al ser sistemas aislados de la red, lo que define el voltaje de trabajo son los voltajes de los electrodomésticos que hemos adquirido, indepedientemente del lugar donde habitamos.
El primer problema que genera el utilizar inversores es que se produce una pérdida de energía al convertir la corriente DC en corriente AC. Estas pérdidas dependen de la potencia consumida y de nuestros patrones de consumo, pero por lo general están en el orden del 10 al 20 % de la energía que utilizamos. Como vemos, no son para nada despreciables las pérdidas de energía asociadas con el uso de inversores. Si a esto sumamos el hecho de que los equipos DC no utilizan transformadores o equipos de acondicionamiento de energía AC, que consumen aún mucho más energía, vemos que usar equipos DC es altamente recomendado.
En los inversores para sistemas aislados, la potencia nominal de trabajo es la que determina cuantos equipos podemos mantener funcionando de manera simultánea con nuestro sistema solar fotovoltaico. La potencia nominal del inversor, es simplemente un indicador de la potencia instantánea máxima que dicho equipo eléctrico o electrónico es capaz de manipular sin problemas de sobre calentamiento o fallas. La potencia del inversor que se utiliza para un sistema solar fotovoltaico depende del patrón de consumo del usuario y del diseño eficiente del sistema. El sistema se debe diseñar de manera que se utilicen la menor cantidad de equipos eléctricos de manera simultánea, reduciendo al mínimo la intensidad del uso de dichos equipos. Este último detalle, es otro de los grandes aportes que hacen los sistemas aislado en la cultura del uso eficiente de la energía. Así, la potencia instantánea de los inversores puede ir desde unos 100 vatios de potencia, hasta el orden de varios kilovatios (KW). Entre mayor sea la potencia del inversor más consumo eléctrico puede manejar dicho equipo. Por supuesto, a mayor potencia, mayores serán los costos del equipo y las pérdidas de energía.
Las tecnologías de conversión en los inversores
Pero no todos los inversores son iguales, aunque generen el mismo voltaje de salida, a la misma frecuencia nominal y potencia instantánea. En términos generales, existen dos tecnologías de inversores que son, los inversores de onda senoidal real, y los inversores que simulan una onda senoidal.
Las redes eléctricas principales en nuestros países alimentan nuestros hogares con electricidad AC que es un onda senoidal casi perfecta. Todos los equipos y herramientas eléctricas que funcionan en AC están diseñados para utilizar esa forma particular de onda senoidal. Sin embargo, la gran mayoría de esos equipos eléctricos pueden llegar utilizar electricidad que no sea exactamente una onda senoidal perfecta, pero por supuesto, por lo general ésto trae consecuencias negativas para su funcionamiento, y alteran significativamente la cantidad de energía total que pueden llegar a consumir esos equipos.
Pero, ¿Por qué no producen todos los inversores una onda senoidal perfecta? La respuesta simple, es costos. Un inversor de onda senoidal real requiere casi que exclusivamente el uso de grandes transformadores que suelen ser muy costosos, mientras que los inversores que simulan ondas senoidales pueden construirse con componentes electrónicos de muy bajo costo. Así, un inversor de 120 VAC de 60 HZ, con una potencia nominal de 300 W, puede costar unos 30 dólares en el mercado si es de onda senoidal modificada, pero, puede tener fácilmente un costo de unos 300 dólares si es un inversor de onda senoidal pura o real.
A medida que aumenta la potencia instantánea de salida de un inversor, aumenta dramáticamente su costo, sobre todo si se trata de un inversor de onda senoidal real. El costo de los inversores de onda senoidal pura de gran portencia está por el orden de varios miles de dólares, mientras que en el caso de inversores de onda senoidal modificada, apenas llega al orden de un par de cientos de dólares.
La buena noticia es que alrededor del 90 % de los equipos eléctricos pueden funcionar “adecuadamente” con un inversor de onda senoidal modificada. Normalmente los efectos observados son un ligero sobre calentamiento, cambios de sonido o pitidos durante su funcionamiento, o parpadeos en el caso de la iluminación. Los problemas graves que se suelen producir en los equipos que no se adaptan bien a los invesores de onda modificada, son explosiones de los capacitores o destrucción de otros componentes electrónicos. Es difícil saber cuando un equipo responderá bien con un inversor de onda modificada, pero por lo general, entre más componentes electrónicos posea dicho equipo, mayores serán las probabilidades de que presente problemas con un inversor de onda modificada. De hecho, ningún equipo de precisión debe utilizarse con un inversor de onda modificada, como por ejemplo impresoras láser o equipos médicos, porque es altamente probable de que no funcionen adecuadamente y/o que se quemen.
La manera fácil de reconocer que un inversor es de onda senoidal real es a través de la presencia de un transformador con grandes bobinas y de gran peso. Cualquier otra presentación es simplemente un inversor de onda modificada. Aún cuando hoy día existen fabricantes de inversores que dicen producir inversores de onda real pura sin transformadores, en realidad siguen siendo inversores de onda modificada, pero que cuenta con una capacidad excelente de parecerse a una onda senoidal real. La diferencia es que en un inversor de onda real pura con transformadores, no hay posibilidades que la salida no sea una onda senoidal pura, mientras que en cualquier otro equipo, la falla o descalibración en cualesquiera de sus componentes, puede producir salida de voltaje que no es una onda senoidal, generando problemas en los equipos que utilizan ese inversor.
En cualquier caso, todos estos problemas se evitarían si los equipos solo consumieran voltaje DC, aumentando la eficiencia en el uso de la energía. Pero, en esta etapa de transición, hasta que no haya industria que esté comprometida con una verdadera transición energética, tendremos que seguir utilizando inversores en los sistemas solares fotovoltaicos desconectados de la red eléctrica principal.
El Rol de los inversores en sistemas solares fotovoltaicos conectados a la redes eléctricas principales
En un sistema solar fotovoltaico desconectado de la red eléctrica principal los inversores suplen la energía eléctrica que consumen los equipos que están conectados a esa instalación, independientemente de si hay o no electricidad en las redes principales.
En un sistema conectado a la red eléctrica principal, la energía que genera el sistema solar fotovoltaico es lanzada por el inversor a la red principal y no es utilizada directamente por el sistema que la produce. En este caso particular, el inversor se encarga de transformar la energía DC que produce el sistema solar fotovoltaico en electricidad de alto voltaje AC, al mismo valor de voltaje y frecuencia que manejan las redes eléctricas principales. En este tipo de sistema, si no hay electricidad en la red principal, el usuario tampoco dispone de electricidad.
Los sistemas solares fotovoltaicos conectados a las redes eléctricas principales, en mi opinión, son el resultado de la manipulación de mercados a través del marketing de etiquetas engañosas como “energías limpias”, “energías verdes”, o terrorismo ambiental, para estimular el crecimiento artificial de algunos sectores económicos que son promovidos por el lobby. En este caso, los usuarios instalan sistemas fotovoltaicos en sus casas y entregan esa energía producida a la red eléctrica, mientras que el usuario sigue consumiendo energía de la red eléctrica principal. Al final, luego de un raciocinio donde se hace una especie de balance entre la energía consumida de la red eléctrica y de la cantidad de energía producida por el sistema solar fotovoltaico, se le convence a ese usuario de que está aportando “energía limpia” al sistema en general, con lo cual su conciencia puede estar tranquila.
Los sistemas solares fotovoltaicos conectados a la red eléctrica principal tienen como objetivo apuntalar la producción y distribución de la energía eléctrica AC a nivel local o regional. Pero es importante hacer notar que la energía que proveen los sistemas solares fotovoltaicos a las redes principales se utilizan básicamente para cubrir el exceso de demanda de otros usuarios y no para proveer energía base en el sistema. La energía base es la mínima cantidad de energía que es necesaria producir de manera constante para poder abastecer el consumo total de energía de todos los usuarios conectados a la red. Independientemente de la cantidad de energía que se provea a la red eléctrica con paneles solares fotovoltaicos, la cantidad de energía base no puede ser disminuida so pena de causar problemas de estabilidad y calidad en el servicio eléctrico. Eso significa, que la intermitencia de los paneles solares fotovoltaicos producto de la variación de iluminación a lo largo de todo el día, no puede ser utilizada para garantizar esa energía base del sistema, sino que solo puede ser utilizada para suplir las necesidades de energías durante las horas en que la producción fotovoltaica es máxima. En general, se intentan crear planes y sistemas para sincronizar de manera eficiente los picos de producción de la energía fotovoltaica con los picos de consumo, pero esto es realmente complejo y muy difícil de lograr. En cualesquiera de los casos, la energía que aportan los paneles solares fotovoltaicos, bajo estos esquemas de utilización, solo sirven para abastecer el exceso de consumo de energía por parte de los usuarios con la energía producida durante las horas de máxima producción fotovoltaica, si es que dicha energía llega realmente a ser utilizada. Todo esto significa, que la energía fotovoltaica muy poco puede aportar para reducir el consumo de combustibles fósiles en la generación de esa energía base, y que básicamente lo que está logrando con este esquema es incrementar el consumo de energía o desperdiciar la energía que se ha producido en exceso.
Dentro de las grandes ideas que han surgido para aprovechar al máximo la energía fotovoltaica que es lanzada a las redes eléctricas AC, destacan la de utilizar grandes bancos de baterías del orden de varios gigavatios, que podrían servir como sistemas de respaldo de energía para las horas picos. En principio, es una idea viable que se pudo llevar a cabo desde hace mucho tiempo, incluso sin la necesidad de utilizar los paneles solares fotovoltaicos, aprovechando la mayor eficiencia que tienen los combustibles fósiles para producir energía. Este tipo de soluciones son controvertidas, y los cálculos numéricos son inexistentes o difíciles de hacer, pero es altamente probable que este tipo de esquema de funcionamiento sean menos contaminante si no se recurre al uso de los paneles solares fotovoltaicos.
Conclusión: Los inversores como indicadores de la transición energética
Como vemos, la única razón por la que es necesario el uso de inversores en los sistemas solares fotovoltaicos, es porque existe una manera de producir y consumir energía asociada básicamente a la economía de los combustibles fósiles. Los paneles solares fotovoltaicos vienen a imponer un nuevo esquema de producción eléctrica a nivel global, y el mecanismo de adaptación y de sobrevivencia que han adoptado los medios tradicionales de producir esa energía, es la de hacer parecer lo más posible a esta nueva forma de producir electricidad a la que ya existe, obligándola a adoptar sus desventajas y problemas estructurales. Los sistemas solares fotovoltaicos que producen de manera natural energía eléctrica totalmente descentralizada en DC, son totalmente incompatibles con los sistemas tradicionales de producción de energía eléctrica en AC, y la única razón para interconectar estos dos sistemas de la manera tan forzosa como se está haciendo, es para poder mantener el monopolio de los mercados de la energía por parte de las grandes corporaciones que manejan dichos sistemas. Todas estas adaptaciones solo se pueden interpretar como el pataleo de un sistema económico que va a ser permutado por uno nuevo.
La energía solar fotovoltaica no es un mera forma de producir energía eléctrica, sino que es un nuevo ente irruptor, que al igual que los combustibles fósiles durante el principio del siglo pasado, tiene la capacidad de generar todo un nuevo sistema económico que impactará culturalmente a toda la sociedad humana, cambiando nuestras formas de concebir y entender los conceptos de riqueza, desarrollo económico y estructuras sociales.
La desaparición de los inversores como elementos esenciales de cualquier sistema solar fotovoltaico, es el indicador perfecto de que una nueva y creciente economía estará surgiendo a nivel mundial.